29ª Semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Acuérdate, Señor, de tu alianza, no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa, no olvides las voces de los que te buscan.
Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Cristo es la cabeza que hace crecer todo el cuerpo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 7-16
Hermanos: Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha dado. Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, y lleguemos a ser hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.
Así, ya no seremos como niños, zarandeados por las olas y llevados de un lado para otro por el viento de cualquier doctrina, a merced de hombres malvados y astutos, que conducen engañosamente al error. Por el contrario, viviendo sinceramente en el amor, creceremos en todos sentidos, unidos a aquel que es la cabeza: Cristo. De él, todo el cuerpo recibe su organización, su cohesión y su vida, según la actividad propia de cada una de las partes, y así el cuerpo va creciendo y construyéndose por medio del amor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 121
Vamos a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Y hoy estamos aquí.
Vamos a la casa del Señor.
Jerusalén, jubilosos delante de tus puertas.
Vamos a la casa del Señor.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, para alabar el nombre del Señor según la costumbre de Israel.
Vamos a la casa del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
Si no se arrepienten, perecerán, de manera semejante
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario.
«¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos?» Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante.
Entonces les dijo esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces el viñador: “mira como entre tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y nos los he encontrado. ¿Para que ocupa la tierra inútilmente?” El viñador le contesto: “Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra al rededor y a echarle abono para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré”».
Palabra de Dios.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su trigo.
Oración después de la Comunión
La comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.