Reflexión sobre el Evangelio
El Señor llama hacia Sí a todos los hombres, que andamos bajo el peso de nuestras fatigas, luchas y tribulaciones. La historia de las almas muestra la verdad de estas palabras de Jesús. Sólo el Evangelio calma la sed de verdad y de justicia que anhelan los corazones sinceros. Sólo Nuestro Señor, el Maestro –y aquéllos a quienes Él da su poder–, puede apaciguar al pecador al decirle «tus pecados te son perdonados» (Mt 9,2). En este sentido enseña el Papa Pablo VI: «Jesús dice ahora y siempre: ‘Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré’. Efectivamente Jesús está en una actitud de invitación, de conocimiento y de compasión por nosotros; es más, de ofrecimiento, de promesa, de amistad, de bondad, de remedio a nuestros males, de confortador, y todavía más, de alimento, de pan, de fuente de energía y de vida» (Homilía Corpus Christi, 12-VI-1977).