Viernes 9 de diciembre

2 ª semana de adviento

Antífona de Entrada

He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.

Oración Colecta

Concédenos, Padre todopoderoso, estar siempre preparados a la venida de tu Hijo para que, cuando él llegue, podamos salir a su encuentro, conforme a su palabra, con nuestras lámparas encendidas.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura

¡Ojalá hubieras obedecido mis mandatos!
Lectura del libro del profeta Isaías 48, 17-19

Esto dice el Señor, tu redentor, el Dios de Israel: «Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye en lo que es provechoso, el que te guía por el camino que debes seguir. ¡Ojalá hubieras obedecido mis mandatos! Sería tu paz como un río y tu justicia, como las olas del mar. Tu descendencia sería como la arena y como granos de arena, los frutos de tus entrañas. Nunca tu nombre hubiera sido borrado ni arrancado de mi presencia».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 1
Dichoso quien confía en el Señor.

Dichoso aquél que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso quien confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso quien confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso quien confía en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, salgamos a su encuentro; él es el príncipe de la paz.
Aleluya.

Evangelio

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19

En aquel tiempo dijo Jesús: «¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: ‘Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado’.

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: ‘Tiene un demonio’. Viene el Hijo del hombre, y dicen: ‘Ese es un glotón y un borracho, amigo de los publicanos y gente de mal vivir’. Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Antífona de la Comunión

Esperamos como salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.

Oración después de la Comunión

Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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