Reflexión sobre el Evangelio
Dios ilumina oportunamente al hombre que actúa con rectitud y confía en el poder y la sabiduría divina, ante situaciones que superan la comprensión de la razón humana. El ángel recuerda en este momento a José, al llamarle hijo de David, que es el eslabón providencial que une a Jesús con la estirpe de David, según la profecía mesiánica de Natán (cfr 2 S 7,12). Como dice san Juan Crisóstomo: «Ante todo le recuerda a David, de quien había de venir Cristo, y no le consiente estar turbado desde el momento que, por el nombre del más glorioso de sus antepasados, le trae a la memoria la promesa hecha a todo su linaje» (Hom. Sobre S. Mateo, 4).