Domingo 5 de febrero

Reflexión sobre el Evangelio

Estos versículos son una llamada a la misión apostólica que todo cristiano tiene por el hecho de serlo. Cada uno ha de luchar por su santificación personal, pero también por la santificación de los demás. Jesús lo enseña con las imágenes expresivas de la sal y de la luz. Así como la sal preserva de la corrupción a los alimentos, les da sabor, los hace agradables y desaparece confundiéndose con ellos, el cristiano ha de desempeñar esas mismas funciones entre sus semejantes.

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