Fiesta de la Santa Cruz
Antífona de Entrada
Que nuestra única gloria sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo en quien está nuestra salvación, nuestra vida y resurrección y por quien hemos sido redimidos y liberados. Aleluya.
Oración Colecta
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en la Cruz para salvar a todos los hombres, concédenos aceptar por su amor la cruz del sufrimiento aquí en la tierra, para poder gozar en el cielo los frutos de su redención.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce quedaba curado
Lectura del libro de los Números 21,4-9
En aquellos días, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: «¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para que muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable comida». Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: «Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes». Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: «Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá». Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 77
No olvidemos las hazañas del Señor.
Escucha, pueblo mío, mis enseñanzas, ni una palabra pierdas de mis labios; voy a hablarte en parábolas y a revelarte enigmas del pasado.
No olvidemos las hazañas del Señor.
Cuando Dios los diezmaba, lo buscaban y acudían a él despavoridos; recordaban que Dios era su roca, su redentor, el Dios altísimo.
No olvidemos las hazañas del Señor.
Lo llenaban de elogios con su boca, pero eran engañosas sus palabras; su corazón, con Dios no era sincero ni observaban su alianza.
No olvidemos las hazañas del Señor.
Pero el Señor, que es siempre compasivo, les perdonaba y no los destruía; su indignación contuvo muchas veces y no dio rienda suelta a toda su ira.
No olvidemos las hazañas del Señor.
Segunda Lectura
Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
Aleluya.
Evangelio
El Hijo del hombre tiene que ser levantado
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, que este sacrificio que Cristo te ofreció sobre la cruz para borrar los pecados del mundo, nos purifique ahora de todas nuestras culpas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Señor nuestro Jesucristo, tú que nos has redimido por medio de tu Cruz y nos has hecho partícipes de tu Cuerpo y de tu Sangre, concédenos participar también de la gloria de tu resurrección. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.