Viernes 24 de junio

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

Antífona de Entrada

Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.

Oración Colecta

Al celebrarse hoy la solemnidad del Corazón de Jesús, en la que recordamos el inmenso amor de tu Hijo hacia nosotros, te suplicamos, Padre todopoderoso, que nos concedas alcanzar de esa fuente inagotable la abundancia de tu gracia.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura

Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las haré reposar
Lectura del libro del profeta Ezequiel 34, 11-16

Esto dice el Señor Dios: «Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas; iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de oscuridad.

Las sacaré de en medio de los pueblos, las congregaré de entre las naciones, las traeré a su tierra, las apacentaré por los montes de Israel, por las cañadas y por los poblados del país.

Las apacentaré en pastizales escogidos, en lo alto de los montes de Israel tendrán sus apriscos; allí reposarán en buenos prados y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.

Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a las ovejas perdidas y haré volver a las descarriadas; curaré a las heridas, robusteceré a las débiles, y a las que están gordas y fuertes las cuidaré. Yo las apacentaré en la justicia».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Es Señor, es mi pastor: nada me falta.; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
El Señor es mi pastor nada me falta.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tú mismo me preparas la mesa a despecho de mis adversarios, me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Segunda Lectura

La prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 5-11

Hermanos: Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. En efecto, cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena.

Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores. Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por la sangre del Mesías, seremos salvados por él del castigo final; porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, con mucha más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón.
Aleluya.

Evangelio

Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 3-7

En aquel tiempo, Jesús propuso a los fariseos y a los escribas esta parábola: «Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido”. Yo les aseguro que lo mismo pasa en el cielo: habrá más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Ten en cuenta Señor, el inefable amor del corazón de tu Hijo, para que este don que te ofrecemos sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de nuestros pecados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Antífona de la Comunión

Dice el Señor: Si alguno tiene sed que venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva.

Oración después de la Comunión

Señor, que este sacramento de caridad nos haga arder en un santo amor que, atrayéndonos siempre hacia tu Hijo, nos enseñe a reconocerlo en cada uno de nuestros hermanos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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