2ª Semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.
Oración Colecta
Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu protección su fortaleza.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
A pesar de ser el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo
Lectura de la carta a los hebreos 5, 1-10
Hermanos: El sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios. Nadie puede apropiarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. De igual manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de Sumo Sacerdote, sino se la otorgó Aquél que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, a la manera de Melquisedec.
El mismo Cristo en los días de su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, al que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió a obedecer padeciendo. Y, llegado a su perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, y fue proclamado por Dios Sumo Sacerdote a la manera de Melquisedec
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 109
Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies».
Tú eres sacerdote para siempre.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo.
Tú eres sacerdote para siempre.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba.
Tú eres sacerdote para siempre.
Juró el Señor y no ha de retractarse: «Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec».
Tú eres sacerdote para siempre.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, alegran el corazón, tu enseñanza da luz a mis ojos.
Aleluya.
Evangelio
Mientras el novio está con ellos no pueden ayunar
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?» Jesús les contestó: «¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Mientras está con ellos el novio no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el novio les será quitado y, entonces, sí ayunarán.
Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge, rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se pierde el vino y se echan a perder los odres; a vino nuevo, odres nuevos».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra sobre todo para ayuda de nuestra fragilidad, concédenos que también se conviertan para nosotros en sacramento de eternidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Oración después de la Comunión
Señor Dios, que quisiste hacernos participar de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera, que, hechos uno en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.